lunes, 28 de septiembre de 2009

Una Última Conclusión

“Me Queman las manos…”
me estuviste esperando, lo sé, es más que obvio
que se terminen de quemar tus manos
fue una sorpresa, era el último rostro que esperaba ver
menos saliendo del baño, menos en esta casa
sí, me estabas esperando y tenías ojos de ira
casi siempre fue así en nuestro accidentado cruce de caminos
¡Oh sí!, es silenciosa la violencia, casi pudiste escapar
pero de todas formas tenias que ver el verde de mi ropa
totalmente invadido del rojo de mi sangre coagulada
¡De mi sangre! Sí ¡de mi sangre!
¡Que se terminen de quemar y podrir tus manos!

Bueno, tengo que admitirlo
yo quise tener la misma situación hace cierto tiempo
aunque definitivamente en otro lugar y otros actores
pero estoy seguro que hubiera tenido los mismos ojos
oh si, esos horribles ojos llenos de esa ira rebelde e ignorante
de aquí en adelante el tiempo que respire es extra
esa gula que justifica la indigestión a causa de algo delicioso
caigo lenta y silenciosamente el suelo
Y tú solo admiras el resultado de tu obra

Lo único erróneo del acto fue la pelea de mi presión arterial
esa misma que dejó su rastro en tus manos
por eso te queman y lo tienes más que merecido
que sea como ácido en esa piel impura
de mujer infantil y fantoche
triste no poder seguir adelante
torpe, querer observar todo
en vez de haber huido con algo más que un susto
el gusto de haber escapado y con la suya
oh sí, mi expresión de impacto y miedo te marcará por las noches
¡Maldita! Siempre saltando a conclusiones
siempre resolviendo todo de la peor manera posible

Es más fácil dejar salir el aire
duele menos…
me niego a cerrar los ojos
no me importa que los desafortunados que han de recogerme después
lleguen a perder su corto y simple almuerzo
quiero ver como mi ácido le come las manos
como devoran ese metal sin misericordia
como le perseguirá el recuerdo de mi muerte
Y las consecuencias de haber abandonado la cordura de esa manera
que recordará todo por su culpa y su torpeza

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