domingo, 5 de abril de 2009

Ilusiones de Mañana

Mañana gris de domingo deprimente, de ruidos silenciados y apaciguados por la distancia, tanto de origen de estos como la emocional del receptor, que da vueltas en su cama sin querer despertarse, sin dejar que la luz blanca derrita todo el hielo quebradizo que la noche dejo en su insomnio.

Quejidos tenues causados por los esfuerzos de sacudirse la pereza, ya que es muy tarde para un desayuno y muy temprano para pedir algo más, pero no se ha movido de su lecho, solo pretende e imagina la sensación de abrir los ojos para ver algo más que el techo; imagina lo que se siente querer sacudirse el engrudo de la pereza temprano para dedicar su día a algo mas que la virtualidad.

Aun recostado, trata de sentir su aliento, la presión de sus dulces ojos tratando de observar lo que no está y como una sonrisa podría iluminar su día de intensiones falsas y pensamientos retorcidos. Ahora se dispone a imaginar todo lo bueno que se podría hacer al respecto, las escenas maravillosas, los tonos que podría tener su cabello con el sol que entra por la ventana, las caminatas, los besos, la diversión siempre adornada con la luz resultante del sol que ha pasado a través de su figura. Aunque no solo imagina eso, también imagina uno que otro tropiezo, pensar de más a veces ayuda mucho y saber que decir aun mejor, se imagina una situación complicada tras otra, la tele ayuda mucho y le ha dado muchas pautas para manejar cada situación.

Encantado, sonriente y con la mirada perdida, todavía recostado y con pocas ganas en sí de levantarse, pero ahora su ilusión se ha desvanecido dejando a la vista un techo sombreado sin que alguna gracia o motivación se sienta, se coge la cabeza como si escarbara en ella. Ahora siente un dolor de luto por sus ilusiones perdidas, vacio el momento derivado de un corazón vacio, que mira hacia la ventana y se pregunta cómo la gente está contenta y activa con ese sol grisáceo sobre sus cabezas.

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